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Una resurrección
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Una resurrección La sencillez de una mirada, la calidez de una sonrisa… el roce de una caricia… cómo añoraba aquellas sensaciones que había dejado de sentir al quedarse viuda. No había pesado realmente en cuáles eran los sentimientos que había sentido hacia el que había sido más de 30 años su marido… no lo había pensado hasta que dejó de tenerlo a su lado. Entonces sentía que nunca había pensado en sus sentimientos, porque siempre lo había tenido al lado, sin poder echarlo de menos, sin saber qué era no tener su atención un momento. Y sin necesitar pedir los mimos que él le daba. Cuando perdió las miradas sonrientes por la mañana al despertar, el roce leve de sus labios al servirle el café, la caricia cariñosa y al tiempo lasciva, mientras ella hacía las tareas del hogar… el modo en que le transmitía cómo se sentía a su lado, y su forma de desearla, aún pasados los años, era lo que más recordaba, y añoraba…AH! la calidez de su mano cuando iban por la calle, cuando notaba incluso que despertaba alguna mirada con cierta envidia, entre alguna chica joven, y no tan joven… Ahora era ella la que miraba a las parejas que paseaban por la calle, sin rubor a expresar sus sentimientos por el otro…como si sólo ellos estuvieran en la faz de la tierra. ¿Cómo no echarlo de menos? Sentía el vacío no sólo en su mano, en la casa, y al otro lado de la cama…sentía el vacío en todo su ser. Sentía no sólo vacío, la pérdida y el deseo de seguir anhelando el placer que él le brindaba cada noche y muchas mañanas…. Recordaba su deseo con una sonrisa, no siempre era tierno, pero su pasión la encendía con sólo una mirada. Y cuando era tierno, lograba que la ternura se convirtiera en incendio… Ahora observaba a los hombres que le recordaban físicamente a su marido… Y los imaginaba deseándola, como él la había deseado, se los imaginaba y se recreaba en fantasías tórridas, sobre cómo pugnaban entre ellos por ser sus amantes, y tener así al menos la sensación de ser el trofeo más deseado, y además de trofeo, ser la recompensa y el champán en el que el ganador se empapa … Sus fantasías incluían la celebración con el ganador, por su triunfo… pero sobretodo, recreaban los momentos de mayor excitación junto al único hombre que había conocido… Al final sólo podía volver a su único amante, a su único amor… al hombre que la desvirgó y al hombre que la había dejado sin más sensaciones de cintura para abajo. Pero un día, encontró en unos ojos, una mirada que le resultaba imposible evitar. Reconocía la mirada, el significado… pero ¿ella?... miró hacia atrás, por si estaba haciendo el ridículo, pero era a ella… ‘Espero no molestarla’ ‘No, ¿por qué? ¿En qué puedo ayudarlo?’ Los ojos la recorrieron y una sonrisa como la de su marido asomó a unos labios más carnosos, que ella nunca había probado… ‘¿De verdad quiere ayudarme?’ ‘Si está en mi mano, claro’… ‘Está en su corazón, si lo desea’ Una mueca de sorpresa hizo que le diera un poco la risa, pero no pudo contestar…. ‘Sólo tiene que dejarse querer’ Lo miró, intentando ocultar lo que esas palabras significaban de verdad para ella… era la proposición de matrimonio que le había hecho su marido hacia más de 30 años… Cuando ella dijo aquella vez, … ‘No sé cómo se hace eso, pensé que el querer era cosa de dos’ ‘Yo me conformo con que me dejes quererte el resto de mi vida’… una sonrisa y una mirada de deseo le hicieron responder un si riendo… mientras abría sus brazos y dejaba que la estrechara, y la apretase contra su cuerpo, nunca la había abrazado así, se sentía suya por completo, y como si la metiera bajo su piel… Ahora frente al desconocido que la miraba intensamente, un impulso hizo que su respuesta sólo fuera abrir los brazos… si la otra vez había disfrutado durante 30 años… quería aunque fueran 30 minutos, recuperar algo de aquella sensación. ‘Ahora, sólo déjese llevar’ metida en el coche de un desconocido sin saber a dónde iba… dejaba que le acariciara la pierna, había subido su falda y sentía una mano húmeda por el sudor y caliente, en su muslo, acariciándolo, y transmitiéndole calor, mucho calor. No quería pensar en nada. En su madurez, anhelaba sentirse deseada, y ahí tenía su oportunidad, quizás la última… abrió sus piernas, para hacer lo que le pedía,…dejarse llevar… y un gemido ronco y un avance de la mano fueron la respuesta. Llegaron a un motel, nunca había pisado esos sitios, su casa había sido todo su palacio…. Y ser llevada allí le produjo una sensación de excitación … para él estaba siendo una aventura … ella! Era la aventura de aquel hombre, la deseaba y quería tenerla… curiosamente no sentía temor, sólo excitación, ¿qué más querría de ella? ¿Sería capaz de ofrecerle lo que buscaba en ella? Empezó a decir… ‘Yo no tengo mucha ….’ ‘Tiene todo lo que yo deseo’… ‘experiencia’ ‘La que tenga será suficiente, déjese llevar, por favor’ Y de nuevo abrió sus brazos al extraño, que no la soltó, la pegó a su cuerpo, rozaba con cada parte el suyo y podía notar perfectamente su deseo por encima de la ropa, ella estaba intrigada por sentir más aquel deseo, saber cómo sería estar con otro hombre, con un desconocido… que la deseaba, como su marido la había deseado. Dejó que sus manos la recorrieran, despojándola de la ropa, y que encendieran su piel, en cuánto su cuerpo estuvo desnudo frente a él se sintió vulnerable y buscó el refugio de las sábanas, pero sujetándola la guió al baño, y en un abrazo la situó en un rincón del jacuzzi mientras éste se llenaba de agua… la tenía aprisionada, y al mismo tiempo protegida de su propio pudor, besándola con ardor para que no pudiera pensar en otra cosa, sus manos no dejaban de recorrerla, cuando buscaron su sexo, ella ya estaba deseándolas… no podía pensar, pero sabía que aquellas sensaciones la tenían subyugada, totalmente entregada, como cuando su marido la buscaba y la deseaba…. Nunca podía resistirse, siempre había conseguido que ella se entregara. Este extraño que no la conocía, también lo estaba consiguiendo, y ella también lo acariciaba, como había aprendido a acariciar a su marido, y cuando su mano rodeó el sexo deseoso del extraño, notó su calor, y cómo palpitaba… la sensación le hizo arder, y lo recorrió notando cada diferencia con el único sexo que había conocido… pero no comparaba, sólo observaba disimuladamente lo distintos que eran los hombres, y sin embargo ella se sentía igual, deseosa… ardiente, caliente… dispuesta, y preparada, y entonces en medio del ruido del agua, su gemido resonó en las baldosas del cuarto de baño … estaba de pie, resbalando por las frías baldosas, abrazada al extraño que la penetraba profundamente sujetando sus glúteos, sintiendo que lo único que la sostenía en pié era el deseo de él…Gemía contra su cuello, como un animal… unos ruidos que sin serle en absoluto familiares la excitaban, la erizaba la sensación instintiva de ser deseada y poseída… era animal, era natural, era reconocible y totalmente distinta. Y no deseaba más que dejarse llevar. La dejó recuperar el aliento y el equilibrio… suavemente como si no lo poseyera el animal que la tenía totalmente sometida. La guió al jacuzzi, y se sumergieron, la puso entre sus piernas y dejó que ella sintiera el duro pene en su espalda, acariciaba sus pechos y besaba su cara y su cuello, con sus caricias hizo que sintiera que no sólo podía ser como un animal primitivo… pero ella sabía lo que sentía en realidad, y no le importaba otra cosa que dejarse llevar. Enderezada sentía la dureza entre sus nalgas, las burbujas daban un movimiento que incitaba a rozarse, y no podía dejar de hacerlo, cuando sintió las manos levantando sus caderas, y sentándola en la dureza… gimió por lo profundo que llegó el calor que la quemaba entre los chorros de agua que la incitaban a moverse, notaba como el calor y el agua más fresca se alternaban dentro de ella en cada profundo movimiento…. Y cómo la boca de él chupaba su cuello mientras apretaba sus pechos que no paraban de moverse y chapotear entre el agua y las burbujas. La impulsó hacia delante y no le quedó más remedio que arrodillarse, notaba el agua llegando justo a la altura de su sexo….que ahora recibía sus embestidas más rápidas y profundas, dejando apenas entrar un poco de agua, alternando calor y frescor. Los gemidos roncos desconocidos para ella antes, ahora ya eran familiares, su aventura, estaba de nuevo en pleno furor, y la deseaba, notaba como ese deseo ahora no sería reprimido, notaba su dureza y el calor palpitante dentro de ella y la forma en que su propio sexo parecía succionar aquel pene ardiente, concentrada en la sensación de los embites de él y el agua chapoteando por toda su piel, notó la mano dura de él acariciándola donde ella nunca se había atrevido.... y cómo sin esperarlo, a través de todas esas sensaciones su propio sexo comenzó a contraerse de placer y oyó como si fueran de otra persona sus gemidos de placer al tener un orgasmo, largo, duradero… intenso, que no hizo más que agitar al desconocido que le anunció en una forma llana, que él también alcanzaba su orgasmo, le preguntó entrecortadamente si podía seguir dentro de ella… un único sí, fue lo que esperaba él…porque su gemido fue más ronco y notó como entre el calor y el agua algo más la llenaba…. Reconocía la sensación. Cuando el desconocido derramaba dentro de ella el caliente semen… su sexo se contrajo de nuevo en un orgasmo liberador que hizo que fluyeran líquidos de ella también, . .. dejó que su nuevo orgasmo la rindiera, estremeciéndose y apoyada en el borde del jacuzzi, con los ojos cerrados, se dejó llevar. Sintió el roce leve en sus labios de algo muy caliente… sin más entreabrió los labios y dejó que el calor húmedo y con un sabor ácido le inundara la boca, chupó con suavidad y lamió con la lengua el sabor de los restos del placer de aquel desconocido que le había resucitado el cuerpo. Y que prometía no rendirse en su empeño por despertar los sentidos que ella creía muertos ya. Dulce |
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5/22/2011 1:54 am |
Espero que tus letras tomen vida y muestren que la fantasia siempre puede transformase en realidad... te sigo esperando.... alecrin_dourado_12 del correo caliente
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Bonita historia y tierna gracias
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5/26/2011 6:43 am |
huuum, inspirador¡¡¡
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Buenos días Dulce , precioso relato me encanto es como la vida misma espero la vida te sonría cada día un poco mas besos desde coruña
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5/29/2011 8:46 am |
Hola Dulce Mire tu post y en principio pense "... uf mucha letra e toda pequeña.." pero algunhas frases que lei transversalmente me animaron a leero, y además recorde que podía ampliar la letra en la pantalla con Ctfl +. Lo lei entero, excitándome un poco más a cada parrafo. Enhorabuena, consigues que el lector, yo en este caso, se sienta el protagonista de la "Dulce" historia que cuentas. Kplankton
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Excitante y morboso relato, deleitandose en los pequeños detalles, esos matices que marcan las diferencias entre algo bueno y algo maravilloso. Enhorabuena por el relato.
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Me ha gustado mucho cómo describes las sensaciones de la viuda, ayudan a meterse dentro de la historia, no a ser un simple espectador. Felicidades
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