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¡NUNCA MAS TENNIS...!  

ANAMASAN 65F
252 posts
10/7/2011 11:58 am

Last Read:
5/4/2012 8:43 pm

¡NUNCA MAS TENNIS...!


Desde La Pampa, nos fuimos a Villa María en Córdoba y de ahí a San Luis, llegamos a la ciudad, por la mañana y nos alojamos en el Hotel Dos Venados, como era nuestra costumbre; después de almorzar, mientras la mayoría prefirió dormir la siesta, Estela me pidió que la acompañara a la cancha de tenis, porque siendo una eximia jugadora, pretendía dar unos paletazos, contra cualquiera que se le opusiera, yo no era rival apta, pero no obstante acepté el convite y hacia allí nos dirigimos ambas, disfrazadas de "jugadoras de tenis".-

Entramos al set y nos recibió un hombre cuarentón de buena estampa, rubio, ojos claros, bigote espeso, sonrisa afable y físico atlético, todo él luciendo un buen bronceado solar, enfundado en un uniforme de tenista, (chomba, short, zapatillas y medias blancas blancas, con algún que otro vivo azul, rojo o verde, cortando la monotonía de su blancura); el tipo era un lindo ejemplar de macho y si bien a mí me llenó el ojo, a Estela le hizo caer las medias al verlo (como buena tana, es guerrera, casi mas que yo) y no hizo esperar su respuesta, cuando el tipo nos preguntó si queríamos practicar con él, algunas figuras del deporte del que se ufanaba ser profesor y entrenador, respondiéndole que: "Justamente para eso vinimos, nos comentaron de ud. en el hotel y acá estamos, para que nos ayude a practicar un poco.-"

El tipo esbozo una sonrisa cautivadora y enseguida fue en busca de unas paletas para ofrecérnoslas, interín, mientras él volvía Estela me susurra: "¡Que bueno que esta!, a este me lo volteo..., ¿te animas conmigo?.-"

No tuve tiempo de contestar, porque el "profesor", ya volvía junto a nosotras, esbozando su sonrisa mas cautivante...-

Yo, en conocimiento de las aviesas intenciones de mi amiga y con el fin de enojarla, le gané de mano y me adelanté a ella aproximándome al "profesor", dejándola a mi retaguardia, mientras tomaba una de las raquetas que nos había traído..., pero Estela era "zorra vieja", por lo que para ganar la partida, luego de hacerse de su raqueta y de esbozar unas fintas con ella, raqueteando el aire, ostentosamente con una de sus manos "acomodó" por debajo de su remera el sostén que tenía puesto, tras lo cual, mostrándose como incómoda con la prenda, pidiendonos disculpas, nos dió la espalda, se desabrochó el corpiño, sacó los breteles de sus hombros, siempre por debajo de la remera y mientras se volteaba de frente a donde nosotros estábamos observándola, se lo quitó por debajo de la remera, lo dobló y mientras le mostraba al profesor, el "paquetito" que había hecho con el soutien, le preguntaba: "¿donde puedo dejarlo para no olvidármelo?.-"

Marcelo (el "profe"), le dice mientras extendía su mano: "Permitame...-"

Estela se lo dió y el "profe" se lo guardó en un bolsillo de su short de tenis...; yo no estaba en tren de conquista, pero no obstante, reconocía interiormente (sin decirlo), que Estela con esa actuación, me había sacado varios cuerpos de ventaja, máxime cuando me percaté que el "profe", no podía dominar su mirada, ya que sus ojos, se iban casi sin solución de continuidad hacia la "pechuga" de Estela, la que debajo de su remera blanca se insinuaba voluminosa y a poco, viendo ella que el "profe" no quitaba su vista de esa zona, empezó a hacerse notoria la erección de sus pezones que se marcaban ya rigidos, debajo de la tela, por la tirantez de su chomba.-

Empezamos la práctica, Estela y yo de un lado de la red y Marcelo en el otro...; el primer saque lo hace Marcelo, por lógica hacia Estela, porque no podía dejar de mirarla (en verdad Estela es una hermosa mujer, alta, esbelta, muy curvilínea, con unas caderas poderosas y unos senos opulentos, parada sobre un par de piernas muy bien formadas con su musculatura bien acentuada, dueña de un rostro hermoso, portador de una expresión entre enigmática y provocadora, con piel suave -tal vez por los afeites con que la cuida- y bronceada, coronada toda su estampa, por una media melena rubia platino -gracias a la tintura- con una onda de cabello que cae sobre su ojo derecho y que resaltan sus labios siempre rojos -por el rouge-), ella responde al saque con excesikva violencia, por lo que la pelotita, pasando por sobre la cabeza del "profe", va a rebotar contra los cerramientos de madera que delimitan la cancha; al segundo saque lo respondo yo, pero incrustando la pelotita contra la red; al tercero lo rebota Estela, enviándola directamente hacia el contrincante, quien esforzándose, la devuelve cruzándola hacia mi sector..., cuando la ví venir, reaccioné tardíamente y como entendía que aunque corriera no iba a alcanzarla, le arrojé la paleta con intención de pegarle a la pelotita, pero aún así fallé el intento.-

A esta altura, al "profe" ya se le notaba el sudor mojando su chomba blanca, calculo que mas por ver como los senos sueltos de Estela (y los míos, porque yo no uso corpiño), se bamboleaban libres de ataduras bajo nuestras respectivas remeras, que por el empeño puesto en el juego; talvés por eso fue que pidió detener el juego y con la excusa de enseñarnos a manejar la raqueta (a Estela no le era necesario pero...), se cruzó hacia nuestro lado de la red, me dió a mí varias pelotitas y la indicación que las tirara al aire de a una, cada vez que me lo pidiera y se colocó detrás de Estela tomando la raqueta de ella por sobre las manos con que ella ya la tenía asida y comenzó a pedirme que tirara pelotitas al aire..., una tras otra, a su pedido, las fui arrojando hacia ellos, medio como de emboquillada y caunbdo las pelotitas se acercaban a ellos cayendo, el "profe", guiaba las manos de Estela y la raqueta que ellas tomaban, para pegarle a las pelotitas que yo les arrojaba.-

A la tercera o cuarta pelotita, observé que Estela, volteaba su cabeza, cada vez que el "profe" la obligaba a estirarse para raquetear y ahí me dí cuenta que el "profe", le apoyaba su "instrumento" en cada estirada de ella, pero Estela no decía nada, al contrario, parecía que le gustaba el "jueguito" porque en un momento, percibí que mientras esperaban la pelotita, ella apretó mas su cola contra el "aparato" del "profe" y pensé: "(¿Como harán para consumar y sacarse la calentura, si nosotras estamos de paso por aquí?)".-

Desmiento a quienes aseguran que el Diablo no existe, yo digo que sí existe y que además le gusta meter su cola..., porque durante la práctica, no nos habíamos percatado que el sol con que la iniciamos, fue tapándose por grises nubarrones que presagiaban lluvia, la que no se hizo esperar y cayó sobre nosotros, sin darnos tiempo a refugiarnos efectivamente, por lo que corrimos a través de las canchas, hacia el edificio del club y de allí, completamente empapados los tres, nos fuimos hacia los vestuarios..., ingresamos a uno, guiadas por Marcelo, que resultó ser el que él utilizaba habitualmente y al que tras trasponer nosotras la puerta, cedido el paso por él gentilmente, cerró con llave.- Ambos tres estabamos completamente empapados, nuestras respectivas chombas, mojadas en demasía, se adherían a nuestros cuerpos; la de Marcelo, dejaba traslucir un torax muy bien conformado bajo la pelambre espesa de su pecho, las nuestras, inconvenientemente adheridas a nuestros cuerpos, dejaban traslucir nuestros senos y nuestros pezones coronándolos..., los de Estela se veían excitados y los míos comenzaron a enardecerse, tras percatarme que eramos observadas, alternativamente, por el hombre que estaba encerrado con nosotras en el vestuario; tras unos segundos de mutua contemplación, Marcelo se aproximó a Estela y sacando del bolsillo de su short el corpiño de ella, se lo devuelve, pero estaba mojado, por lo que ella, lo toma y lo deja sobre un banco, mientras que empieza con sus manos a retorcer su remera para escurrirla, con lo que nos permitió obesrvar la perfección de su vientre y creo que por descuido, parte de la base de sus senos..., enseguida, fue notoria para nosotras, la excitación de Marcelo, ya que su short comenzó a "abultarse" indecorosamente a la altura de su entrepierna...- Estela, cesó en el escurrimiento de su remera y dirigió su mirada descaradamente al "bulto" masculino, tras lo cual, tomándose los senois por sobre su remera, comenzó a amasijarselos como tratando de escurrir el agua de su ropa..., la excitación de Marcelo, fue mas notoria, tras lo cual, él se quita su propia remera y con su apolíneo torso desnudo, se dirigió hacia la zona de las duchas, apropiándose en el trayecto de una toalla ; este era un recinto que carecía de puertas, por lo que desde el vestuario podía observarse "comodamente", a quienes desnudos se duchaban... y el que desnudo comenzó a ducharse, fue Marcelo..., yo me exalté un poco por ver su espalda y su cola perfectas bajo el agua de la regadera, pero Estela se enardeció y a los pocos minutos, ingresó desnuda al recinto para casi apretujándose contra el hombre, dejarse mojar ella también por el agua que caía desde la regadera.-

Marcelo primero la abraza, pero enseguida, después de recibir en sus labios un beso de ella, comienza a enjabonarle el cuerpo..., la espalda de Estela primero, sus brazos luego, su vientre mas tarde, sus senos después, enseguida sus glúteos y por último su pelvis y su sexo, recibieron la caricia jabonosa de las manos del hombre, recorriéndole el cuerpo con el jabón entre ellas..., a esa altura, Estela no dejaba de besar al hombre en sus labios y luego de aceptar la caricia jabonosa de Marcelo en su sexo, mientras seguía besándolo, se apropió de su pene con una de sus manos y apretándolo contra su vientre, cerró sus ojos y comenzó a gemir, demostrando así la excitación a la que, las caricias que recibía y lo que ella a su vez acariciaba, la arrastraban.-

Yo, para darles intimidad, me retiré de la vista y sentada en una de las bancas del vestuario, escuchaba los gemidos de ella y los murmullos de él, instantes mas tarde, escuché un grito desgarrante, pero apagado de Estela..., era evidente que ahora estaba penetrada por el hombre... y fue evidente que el hombre la cogía, porque a cada embestida, ella respondía con un gritito cortito y agudo..., minutos mas tarde un "AAAHHhhhh" de ella, me informó que había tenido el orgasmo que buscaba..., enseguida entendí que Marcelo eyaculaba, porque Estela profirió un "AAAHHHHhhhh" mas prolongado, tras el cual, la escuché pedirle: "No..., no me la saques..., dejamela,... hechame otro..., por favor... cojeme.. seguí... cojeme mas..., todavía no me llenaste..., dame mas...-" Y enseguida: "Ayyy..., si..., así..., cojeme asíii..., mas..., mas..., ¡dame mas!.-"

Desde el vestuario, yo escuchaba como los pies de Marcelo chapaleaban en el agua y escuchaba los grititos de Estela, tras cada embestida del hombre, tras los cuales, después de varios minutos de escuchar esos ruidos, escuché otra vez, el gemido de Estela y el chapaleo mas intenso de Marcelo..., para estallar en un grito a dúo: "AAAArrrhhhh..."; después silencio de voces, solo se escuchaba caer el agua de la regadera bañando lso cuerpos..., luego mas silencio tras cerrarse las canillas de la ducha y enseguida, mojados, desnudos, abrazados y besándose, ambos volvieron al vestuario.-

Yo no había visto las escenas en la ducha..., pero había escuchado desde el vestuario..., estaba excitada..., mi cuerpo, que ya había escurrido el agua de la lluvia, perspiraba ahora por mi calentura..., me puse de pie al verlos volver..., estaba desnuda... y así me expuse a la vista del hombre...; Marcelo que se cubría con una toalla que tomó al salir de la ducha, se desprende de Estela, quien refunfuñando y bajo protesta lo deja alejarse de ella y acercarse a mí, mientras se deposita sobre la banca del vestuario, para recomponerse del cansancio que sentía..., en tanto, Marcelo, ya a mi lado, me abraza por la cintura y mientras deja caer la toalla con la que se cubría el sexo, me aprieta contra él y me hace sentir su pene apretándolo contra mi vientre, mientras que me besa en los labios..., yo le dejaba hacer..., cerré mis ojos, y devolví su primer beso..., mientras él sigue besándome, me obliga a retroceder hasta que me deposita sobre la banca y me obliga a sentarme en ella..., luego, me empuja hacia atrás obligándome a recostarme sobre el banco, mientras él se arrodilla entre mis piernas a las que, sin que me lo pida, yo comienzo a levantarlas y a seperarlas..., siento la lengua del hombre horadar los labios de mi vagina..., gimo..., la lengua me perfora y recorre mi interior..., yo sollozo..., me caliento mas..., la boca del hombre se retira..., ahora se acerca a ella el falo..., lo presiento excesivamente erecto..., lo siento apoyarse a las puertas de mi concha..., me va a penetrar..., lo sé..., y lo quiero..., lo deseo..., se lo pido: "Ponémelo...", sigo con mis ojos cerrados..., mis manso buscan al hombre..., alcanzan su pecho velludo..., mis dedos se enriedan en su vello..., el glande del hombre, como un ápice romo, presiona mis labios vaginales..., lo siento poco a poco perforarme..., con mis ojos cerrados, mis labios apretados y mis manos sobre su pecho, lo siento ahora presionarme mas..., siento mis labios vaginales que elásticamente van abriéndole paso al intruso..., ahora me duele un poco..., las puertas de mi vagina siguen abriéndose mas, cediendo al paso del glande..., éste no termina nunca de alojarse..., todavía no me traspasa, pero presiento que mis labios vaginales ya alcanzaron su límite elástico..., siento ahora un dolor un poco mas intenso..., siento al hombre que sigue presionando mi sexo con su pija..., me duele..., comienzo a expresarlo con un quejido ahogado..., él penetra un poco mas..., ahora el dolor es mas intenso, trato de repelerlo con mis manos empujándolo hacia atrás desde su pecho..., Marcelo me aferra por la muñecas y retira de él mis manos..., me toma de las caderas y de un envión me traspasa y su glande se aloja integro en mi vagina..., grito muy fuerte..., su introducción me dolió mucho..., me siento desvanecer..., el dolor es muy intenso..., el glande sigue perforandome y llega ahora hasta mi útero..., exclamo un gemido agónico y continuado..., Mercelo, comienza con su vaivén a entrar y salir, bombeándome sin escuchar mis súplicas..., sin importarle el dolor que me provoca..., su glande golpea contra el aro interior de mi vagina..., yo sigo sufriendo por el dolor que me provoca, y mientras lo sufro pienso que si me la saca, me desgarrará...entonces me entrego..., me relajo..., lo dejo hacer... lo siento ir y venir dentro mio..., acompaño sus moiviemientos con un grito tras cada introducción y con otro cada vez que la cabeza de su pija choca contra las puertas de mi concha desde adentro..., creo que me desvanezco..., pero sigo entregada dejandolo hacer..., comienzo a sentir sus líquidos, preseminales y empiezo a sentir que a pesar del sufrimiento, mi orgasmo se aproxima a pasos agigantados... sigo exclamando mi dolor con una "AAYYyy...", tras cada embestida de su bestial pija..., trato de incorporarme para alcanzar con una de mis manos el pene que me destruye la concha y al llegar a él y aferrarlo, percibo que es inmensamente grueso, que colma todo y que se frota integramente contra los labios de mi vagina..., el dolor no cede, pero ya estoy acostumbrada a padecerlo, vuelvo apercibir sus líquidos preseminales..., bajo mis piernas y rodeo con ellas su cintura..., aprieto su caderas contra mi vientre..., Marcelo se derrama dentro mío..., lo siento llenarme y me dejó arrastrar en el orgasmo al que corono con un "AAAAHHHHhhhh...." que arranca alto y va declinando a medida que declina la eyaculación del hombre.-

Marcelo trata de desprenderse de mi, no puede, me tiene abotonada con su glande, debemos esperar un largo rato, hasta que su pija decanta en su calentura y afloja su regidez..., recién cuando está completamente laxa, puede sacarmela y el sentirla recorrer el interior de mi concha hasta que me abandona por completo, me provoca un nuevo orgasmo, por eso, una vez desprendido de mí, sello sus labios con un beso apasionado.-

Tras un rato de descanso, Estela y yo, volvemos hacia el lobby del hotel...,. ambas estamos doloridas y caminamos con dificultad, ambas nos habiamos dejado cojer por un tipo que tenía, una pija que parecía uno de esos cuños de hierro que usan los plomeros para agrandar la boca de los caños que van a empalmar y ambas teníamos la sensación que nuestros sexos estaban ahora mas agrandados que antes de dirigirnos a la cancha de tenis.-

"¡Turra!..., no me avisaste nada..., me dejaste entregarme solita al sacrificio.-" le dije a Estela, ella me miró, trató de contener su risa, pero ambas estallamos en una carcajada: "Sos una guacha hija de puta..., ¡ya me voy a vengar!..." y abrazadas, caminando con dificultad y a las risas, llegamos al lobby del hotel un poco menos doloridas...-



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