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AYUDANDO A HACER JUSTICIA (4ª parte)  

ANAMASAN 65F
252 posts
1/20/2011 6:42 pm

Last Read:
4/10/2012 10:13 am

AYUDANDO A HACER JUSTICIA (4ª parte)


En la casa del doctor, ya en la sala, Laura y yo quedamos deslumbradas por la suntuosidad del ambiente y por los detalles decorativos de tan buen gusto y alta calidad que la llenaban.-

Un mobiliario exquisito, una iluminación sobria pero elegante, una biblioteca que ocupaba toda una pared, repleta de libros que mostraban estar allí, para deleitar a quien recorría sus páginas asiduamente y no para completar una decoración mostrando sus lomos encuadernados a tono con el ambiente.- En todos los detalles de las porcelanas, de las luminarias, de los muebles, de las alfombras, se veía calidad, suntuosidad y buen gusto; era un ambiente apto para albergar a gente de gran cultura, urbanidad y nivel económico, con gustos y comportamientos muy definidamente urbanos.- Me sentí un poco incómoda, mas allá del deslumbramiento inicial, porque si bien yo tengo un discreto nivel cultural y un muy buen pasar económico, en general mis costumbres bastante alejadas del lujo y de la suntuosidad que allí se respiraba, al punto que, como ya lo dije alguna vez, disfruto mas de un "chori" en un Carrito de la Costanera, que de que una cena en el restaurante de mas nota de Buenos Aires; pero allí estábamos Laura y yo, dispuestas, al menos yo, a hacer lo que fuera menester para resultar victoriosa en el Juicio que me había llevado a ese lugar.-

Su Señoría, cual buen anfitrión, sirvió tres copas de vino y propuso un brindis, por la "belleza de las damas que lo acompañaban"; Laura, mostró complacencia con una estruendosa carcajada (demostraba que la copa de vino anterior, en el restaurante, la había vencido) y se acercó para enlazar su brazo con el de Su Señoría y beber así un sorbo (mejor dicho varios sorbos) de su copa, festejando el brindis.-

Yo la alcé, y apenas humedecí mis labios con el líquido; lo que hizo recordar al doctor que era abstemia y se apresuró a buscar en un refrigerador para bebidas, debajo del bar, un botella de agua mineral bien helada, que luego me ofreció y acepté complacida.-

Mientras tanto, Laura no dejaba de revolotear alrededor del Juez, tomándolo de la cintura y demostrando que las bebidas habían hecho su efecto en ella, deshinnibiéndola totalmente.-

Yo me quité la chaqueta y pasé por mi pecho, sobre mis senos, en la piel que permitía mostrar la abertura de mi camisa, la botella de agua fria y traspirada, que lo perló de gotas heladas; esta actitud excitó a mi Juez, quien sin dejar de mirarme se abrazó a la cintura de Laura y comenzó a besarle el cuello con apasionamiento; ella le dejó hacer y en un momento, como una reacción por su borrachera, se bajó la pechera del solero que lucía y ofreció sus senos a la boca del hombre, que sin titubeos se apropió de ellos con sus labios y comenzó a sorberlos; Laura en tanto seguía bailando al compás de una música que solo ella escuchaba y se enloquecía por la boca de ese hombre, lo que demostraba con gemidos cada vez mas fuertes y agudos.-

La noche se estaba tornando excesivamente caliente antes de lo esperado, y la sorpresa del momento era que Laura, había abandonado su natural actitud autorepresiva, soltándose libertinamente entregada a ese hombre, que se apropiaba de ella y de su cuerpo sin preámbulos previos.-

La cosa se estaba poniendo linda, por eso fue que sin mojigatería alguna terminé de desabrochar mi camisa, la liberé del encierro de mi falda y me acerque a ellos, con la intención de recibir en mis senos, las caricias que la lengua del hombre, daban a los senos de Laura.- Y el hombre al sentir mi proximidad y percibir mis intenciones, se apropió de ellos, mordiendo alternativamente mis pezones, sorbiéndolos, recorriendo con su lengua mis senos, mis areolas, arrancando de mi, los gemidos de aceptación que le indicaban que debía continuar con su faena.-

Pero Laura, ansiosa, tomaba al Sr. Juez por su cabeza y lo obligaba a posar nuevamente su boca sobre sus senos que ya mostraban sus pezones excitados y mientras el Juez Manguera, volvía a ellos, me tomaba a mí por la cintura y me aferraba contra el costado de su cuerpo.- Así, con las dos mujeres tomadas por sendos brazos, iba con su boca, de los senos de Laura a los míos y de los míos, a los de Laura, hasta que un momento después a que yo pudiera colar una de mis piernas entre sus cuerpos y llegar con mi rodilla hasta su sexo, nos libera y excusándose, abandona el lugar para ir a su dormitorio a "ponerse mas cómodo".-(actitud típica de la mujer que te invita a continuar la noche con un café en su casa y una vez allí, se retira para "ponerse cómoda".- Si vuelve vestida con un conjunto de ropa interior sugerente y provocativo, toda la inversión masculina no fue en vano; si vuelve vestida con ropa de cama tipo "de entrecasa" te esta diciendo "hoy no, otro día talvés"; si vuelve vestida con ropa de calle informal (mas cómoda que la que ropa para veladas nocturnas, que antes vestía) te dice: "ni lo pienses, nunca se te dará").- Supongo que mas o menos el mismo lenguaje simbólico, podíamos esperar del hombre.-

Y Su Señoría, volvió enfundado en un pijama de seda azul, con detalles estampados en color blanco, muy chiquititos, que cuando se acercó a nosotras para nuevamente tomarnos a ambas por las cinturas, pudimos observar que eran escenas eróticas que representaban posturas amatorias del Kamasutra.- Se percibía a través del escote de la chaqueta del pijama, que debajo solo estaba la piel desnuda y pelambrosa de su pecho y debajo del pantalón, que no había nada que contuviera o disimulara la excitación de su miembro; nos estaba diciendo: "Hoy serán mías".-

Cuando sentí que su dedo meñique intentaba filtrarse hacia mi "canaleta", aflojé mi pollera bajando el cierre que la ceñía a mi cintura y a mis caderas, la mano del doctor hizo el resto y mi pollera yació a mis pies, dejándome completamente desnuda, tomada por el brazo y la mano izquierda del hombre; es en ese momento que Laura, al ver mi desnudez, se suelta del brazo que la contenía a ella y alejándose uno o dos pasos, termina de quitar el vestido de su cuerpo, que tenía su parte superior arrollado a su cintura y se muestra completamente desnuda ante nosotros.-

Manguera, intenta nuevamente atraerla hacia él, pero Laura lo esquiva y continua danzando al compás de esa música que solo ella escuchaba, no dejándose alcanzar por la mano del hombre que infructuosamente intentaba volver a tomarla.-

Cansado de sus vanos intentos, manguera se dedica a mí con exclusividad y continúa deleitándose y deleitándome, al jugar con su boca en mis senos, los que ya mostraban sus pezones excesivamente erectos...; Laura, como en un arranque de celos, se abraza a nosotros, buscando la boca del hombre para arrebatarla de mi cuerpo y apropiarse de ella con su propia boca.- Laura, en su excitación competía conmigo, olvidándose que éramos ambas, aliadas en esa contienda contra el macho.-

Y el macho, nos lleva como a la fuerza hacia una habitación contigüa, en la que descubríamos al entrar, que una cama de dos plazas, enorme en sus dimensiones y en su altura; que a su vez estaba coronada por un tul que hacia de techo y otros que atados a los soportes de aquél techo, al soltarlos le daban intimidad; dominaba y se imponía por sobre los demás detalles del ambiente.- Y hacia ella fuimos los tres abrazados y besándonos.-

Estábamos ahora, Laura y yo, sentadas sobre la cama, a los pies de la misma y estaba Su Señoría, acostado boca arriba con sus brazos a sus costados y sus manos entrelazadas sobre su vientre; Laura reptó sobre la cama hasta alcanzar la altura horizontal del hombre y comenzó a besarlo en su boca, en su cuello, en su pecho...; yo me alcé a la altura de su vientre, desaté con facilidad el lazo de la cinta que haciendo de cinturón ceñía el pantalón pijama a su cintura, desabroché su bragueta y estupefacta, descubrí el porqué del apodo del hombre: Su pene, medianamente excitado (supongo que por la edad de su dueño, mas que por no disfrutar del momento), se mantenía apuntando hacia sus pies y alcanzando casi a la mitad del muslo sobre el que descansaba...; si bien yo le escapo a los penes grandes, esa noche, me enamoré de ese pene que demostraba estar necesitado de caricias y consuelos, por no poder alcanzar los excitados esplendores de otrora y tomándolo con mis manos, comencé a acariciarlo primero, para luego recorrer con él en mis manos, la parte superior de mi cuerpo..., mi cuello..., mi cara..., mi boca..., la que al sentirlo aproximarse a sus labios, lo besó primero a lo largo de su tronco (que era mucho), para depositar luego un beso en su capullo... y cuando iba ya a apropiarme de él rodeándolo con mis labios, con la intención de arrancar de sus entrañas el zumo con el que pretendía alimentarme; siento que dos manos de mujer, en su apuro por arrebatarlo de las mías, se apropian de es objeto de mi deseo y veo que la boca de esa misma mujer, se apropia de él, ocultándolo casi por completo de mi vista...-

Es Laura ahora, quien masturbándo al hombre con su boca, arranca, no sin esfuerzo y sí con dedicación y tiempo, de ese pene del que yo me había enamorado, el néctar que la llena y al que luego saborea sin compartirlo conmigo...; se incorpora ahora Laura, arrodillándose sobre el vientre del hombre y conteniendo al pene con sus dos manos, lo guía hasta las puertas de su sexo, para luego comenzar a bajar su cuerpo sobre él, obligándolo a penetrarla para, al sentir dentro suyo todo lo que puede albergar en su vagina, comenzar es vaivén sexual, que la hace delirar y enloquecer hasta alcanzar su orgasmo.- Las exclamaciones de Laura, demostrando su placer montada sobre la "manguera" de ese hombre, me conmueven tanto, que me incitan a llevar mis manos a mi sexo, para lograr la satisfacción que no podía darme ahora el pene que me habían arrebatado rato antes y Su Señoría, al ver mi actitud, acerca su mano a mi sexo y con tres de sus dedos penetrados en mi vagina, me ayuda en la búsqueda del placer que intuía que ya no podría darme, después que Laura terminara con él extenúandolo.-

Amanecimos los tres tendidos sobre esa cama inmensa.- Su Señoría nos abrazaba a ambas, que estábamos acurrucadas a cada uno de sus costados, nos despertamos y el ama de llaves del doctor, nos acercó a la cama una bandeja muy grande, sobre la que descansaban tres tazas de un suculento café con leche acompañado por tostadas, manteca, mermelada, dulce y jugo de naranja; luego de saborearlo, nos duchamos, nos vestimos y volvimos a la sala donde ya estaba el chofer de la noche anterior esperando, que cruzó conmigo una mirada cómplice y al que en un aparte le dije: "Tenías razón, no pudo con las dos...; yo quedé afuera del juego".-
A lo que me responde: "No va a faltarle oportunidad, pero en todo caso, si mantiene su invitación, pronto pasaré por su Estudio a "saludarla"(palabra esta última sobre la que exprofeso, recargo su dicción).-

Nos regalamos mutuamente una sonrisa cómplice y nos reunimos luego con el doctor y con Laura, quienes extrañamente se miraban como dos enamorados que estaban descubriéndose.-



rm_lenguazagas 57M

6/19/2011 5:44 am

Ana:
Me gusta mucho tu dicción; y agradezco que haya alguien que escriba sin errores de ortografía.
Te veo una re cara conocida; y al leerte tu lenguaje se me hace tan igual al mío que me pregunto si será de la facultad de derecho que te haya conocido en mis épocas de estudiante.
Lo digo sobre todo por tu nota editorial sobre el tema: "Sueños Compartidos" que me pareció interesante; aunque no comprendí el porqué publicarla en este site; en el cual....
Te felicito por tu blog; y te exorto a que sigas con el mismo; y ni que hablar de esperar a tener un encuentro contigo y también con tu serie de amigas.
Muchos y lindos besos; y como hubiese dicho el maestro: "Vermouth con papas fritas y... Good Show.


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