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SEX SHOP (postdata)  

ANAMASAN 65F
252 posts
8/16/2010 1:12 am

Last Read:
3/26/2012 12:48 pm

SEX SHOP (postdata)


Una de esas veces, le pedí de irnos a un hotel, quería estar con él en una cama.-
Fué así que luego de cerrar su negocio, en mi camioneta, que ya se me había hecho costumbre traer a Buenos Aires, nos fuimos al hoy legendario Los Pinos, de la avenida Independencia, que en esos días habían inaugurado; era de un nivel superior a todo lo conocido en la ciudad hasta ese momento, al punto que sus habitaciones se mostraban cálidas y acogedoras (en ellas, las "cogedoras" como yo, nos sentíamos protegidas, resguardadas, pero también muy erotizadas por el ambiente), tenía la pared que separaba la habitación del baño, reemplazada por un vidrio semitraslúcido, que permitía observar la escena de la ducha, desde la habitación; además el colchón de la cama, era "de agua", con lo que al revolcarse la pareja en él, recibía, por los movimientos adicionales que el agua contenida proporcionaba, una dosis extra de erotismo, el que se aumentaba, con la música suave de grandes orquestas (Ray Coniff, Ben Keffer, y otros), sobre los que estaba de moda montar en la grabación, voces que simulaban a una pareja dándose y recibiendo placer (se comercializaba bajo el rótulo de música erótica, y causó furor durante un tiempo).-
Ya sobre la cama, luego de higienizarnos uno al otro en la ducha, le pedí que me dejara a mí, "dirigir el juego", y Oscar, que había nacido para dar placer al otro, sin preocuparse por el suyo propio, aceptó complacido esa nueva variante.- Aunque esta vez se llevó una sorpresa.-
Fué así, que durante un largo rato, me entretuve en jugar con su pija..., la acariciaba con mis manos..., recorría con ella mi cara..., mi cuerpo..., mis senos..., seguía luego besando cada centímetro de su falo, lo recorría mas tarde con mi lengua, la que a veces intentaba introducir por su ureter..., intentaba un imposible: contenerlo en mi boca, y vencida por esa imposibilidad, le roía la punta del capullo con mis dientes, para luego, descendiendo por él, hacer lo mismo en el resto del capullo primero, para continuar después royéndole el tronco..., y volvía luego a empezar.- Oscar se excitaba cada vez mas..., hasta que llegó el momento en que se derramó; lo hizo con tanta abundancia, que con su semen, podría haberse colmado un pocillo de café turco (de esos chiquititos de porcelana en que se sirve ese tipo tan fuerte y concentrado).- En ese momento, mi boca no estaba jugando con su capullo, pero en cuanto percibí su primera expulsión, me apuré a llegar a él, para degustar el sabor del semen de ese hombre..., era dulce..., como él, por eso lo ingerí y me saboreé con placer.-
A continuación, salidos de la conmoción del momento, me arrodillé en la cama sobre su cara y lo insté a que recorriera mi sexo con su lengua, lo hizo con fruición y en la excitación que me invadía al sentir su lengua recorrer mi concha y mi ano, me incliné hacia adelante y mientras me sostenía con una mano, con la otra, cerrándola como podía sobre su tronco inmenso, lo masturba, al tiempo que mi lengua recorría el capullo y depositaba sobre él mi saliva.-
En ese juego, le entregué dos orgasmos y me esmeré luego por arrancarle la segunda eyaculación, mientras él seguía con su lengua, torturando mi sexo y absorbiendo mis jugos...-
Al rato, luego de descansar un poco y recomponer energías, besándonos dulcemente, le pedí que me diera las almohadillas que usábamos en nuestros coitos y que sabía había traído.- Me las dió y cuando ví que ya su pija se había enardecido nuevamente, se las coloqué; esta vez, usé tres, una mas de las que habitualmente usabamos..., quería que su pija no llegara hasta las puertas de mi útero, sino que pretendía sentirla allí donde sentía la corta pija de Néstor, de la que recibía tanto placer, porque luego de leer algunos ensayos, por esos días en boga, sobre un novedoso descubrimiento en materia sexual femenina, había deducido,que era allí donde se ubicaba mi Punto G.-
Me monté luego sobre su vientre y empecé despaciosamente a deslizarme hacia abajo, introduciéndomelo en la vagina, lo fuí logrando, pero con las mismas dificultades que siempre teníamos, cuando me dejaba penetrar por él en la camilla..., y empecé a soportar y disfrutar las mismas sensaciones: Su capullo presionaba excesivamente el contorno de mi sexo; los labios de mi vagina, se abrían y dilataban exageradamente..., eso me dolía..., me dolía mucho, me quejaba, pero a la vez, difrutaba esa penetración..., cuando el capullo traspuso las puertas de mi sexo, lancé una exclamación, mezcla de placer y de alivio, al sentir que la presión del tronco era menor, del que no pude introducirme mas que 7 ú 8 centímetros, porque mi cola rebotaba contra las almohadillas, pero que sumados a los otros 7 ú 8 de la cabeza del pene, alcanzaban ese mismo punto al que me llegaba el pene de Néstor...; cuando comencé a hamacarme sobre el monstruoso falo de Oscar, a pesar del dolor que me producía la presión sobre los contornos de mi sexo, comenzó a embargarme el delirio..., tanto era, que 6 veces me derramé antes de sentir la eyaculación de Oscar golpear al fondo de mi vagina; pero no conforme con ello, continué balanceándome sobre el falo, con mi cuerpo sostenido por mis manos sobre el pecho del hombre y mi senos enardeciéndose los pezones al rozar contra la pelambre de ese pecho...; otras 3 veces me derramé y una cuarta, cuando le arranqué al hombre su segunda eyaculación.- Todos esos jugos estaban contenidos en mi sexo, porque la inmensidad del falo masculino era tanta, que no dejaban resquicio para que asomaran al exterior.- La presión que ejercían dentro de mi concha, sumada a la presión del pene sobre mis paredes, me compelieron a lanzarme hacia arriba con lo que el falo de Oscar se desprendió de mi cuerpo, tal como se desprende el corcho de una botella de sidra: Con el mismo chasquido estruendoso, dejando salir tras él, a los jugos que como el líquido espumante que la botella contiene, se derramaron sobre el pecho y el vientre de Oscar y luego por su abundancia sobre la cama.-
Satisfechos de placer e inundados de pasión sexual, dormimos luego abrazados, durante varias horas sobre esa cama mojada..., al despertarnos, Oscar quizo tomarme como siempre lo hacía y lo hizo, arrastrándome hasta el borde de la cama, arrodillado él entre mis piernas, pero había aprendido, que mi verdadero gozar de su pija, lo tenía con las 3 almohadillas, por lo que las usó; y luego de hacerme extender mis brazos al cielo tras un nuevo orgasmo, se alza y me alza con él, todavía contenida su pija en mi sexo, y me lleva hasta el baño, a la ducha en la que al introducirnos, lo siento otra vez derramarse y vuelvo yo a derramarme, para allí sí, desprendernos e higienizarnos luego uno al otro, como cuando comenzamos esta noche de sexo.-
Al salir del hotel, ya de mañana, nos prometimos volver y en el año que compartimos, varias veces lo hicimos, repitiendo lo que esa noche habíamos ensayado.-



audiq7x4 57M

8/18/2010 8:07 am

hola me encanto tu relato, y me gustaria mucho conocerte, como podemos hacer no te puedo enviar un email, podra ser que me lo envies.
Besos


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